Lluvia, arrullo de hogar, arrullo de infancia. Limpias mis heridas, sanas mi alma. Calmas las tormentas de la mente y traes suavidad a las emociones. Nutres, fortaleces y das vida a las nuevas semillas, a un nuevo comienzo. Tu cantar es como una suave caricia, dulce compañía que renueva la vida.