En la película "Los Niños Lobo" (alerta de spoiler) trata de una joven japonesa que se ve ante el desafío de criar a sus 2 pequeños hijos que son mitad humano, mitad lobo, igual que su padre. Ante el riesgo de exposición opta por ir a vivir al campo para que sus hijos puedan elegir con mayor libertad si vivir su vida como humanos o como lobos. Aún así sigue siendo un desafío, aprender de lo que no conoce de lobos, de trabajar la tierra, de no poder preguntar a nadie sobre cómo criar a sus hijos. Pero se encuentra con una linda comunidad en el campo que le ayuda a salir adelante y surgir, que le enseña paso a paso el trabajo de la tierra. Si bien ella era un ejemplo de adaptación ante lo nuevo y lo inesperado, también tenía su límite y sus dificultades. El mayor desafío es la dicotomía que cuando su hijo cumple los 8 años, que siendo un lobo ya es un adulto, pero siendo un humano es todavía un niño. Para su mamá poder soltarlo es un escenario que le produce terror, para él es un camino claro, pero se queda, porque mamá se lo pide, lo que le genera mucha dificultad y hasta depresión.
Así también para Walnut, puede conocer su camino, pero seguirlo puede producir sufrimiento en sus seres queridos, se siente inseguro, le afecta la opinión de los demás, le da miedo equivocarse, defraudarlos o hacerlos sufrir. Tomar esta esencia nos ayudará a seguir nuestro camino, independientemente de la opinión de los demás. Nuestros seres amados entenderán, aunque les tome un tiempo, y cuando nos vean felices entenderán que era el camino que teníamos que seguir.