En las personas altamente sensibles hay una gran diferencia entre los que son introvertidos y los extrovertidos. Una PAS introvertida tiende a ser más porosa y a quedarse con las energías que le rodean. Una PAS extrovertida tenderá a proyectar todo lo que siente inundando a los demás. En ambos casos deben aprender a reconocer y respetar los propios límites, así como los de los demás, para así poder tener un Yo sano.
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- Escrito por: Carmen Stange
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Nos han hecho creer que ser sensible es ser débil y que estamos a la merced de las emociones y las energías del entorno. No es así, no dejes que escondan tu gran poder. Ser sensible es poder atestiguar el dolor del mundo y seguir firmes y en pie porque sabemos que así también existe el amor, la compasión y la bondad.
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Cuando no sepas cómo soltar o devolver una emoción que no te pertenece es porque está haciendo ancla en algo dentro de tí. Cuando no puedas soltar una emoción entrégala al fuego sagrado para que te ayude a transmutar y purificar. Entrégala a la llama divina para que se pueda convertir en algo nuevo.
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Uno de los mayores desafíos para las Personas Altamente Sensibles es armonizar su emotividad interna con la percepción externa. Si tienen una emotividad interna demasiado intensa, esto generará ruido en lo que perciben, recepcionando información alterada en que pueden llegar a pensar que los demás sienten lo que en realidad ellos están sintiendo. A la inversa, si el estímulo externo es mucho más fuerte que su mundo interior podrán llegar a creer que están sintiendo o experimentado algo que es en realidad de otra persona, cómo su dolor o sus proyecciones.
Ambas situaciones generan una distorsión de la realidad y llevan a una profunda confusión, así como también malentendidos y conflictos con quienes le rodean.
Para encontrar esta armonía el primer paso es aprender a hacer una clara lectura del cuerpo para identificar si aquello que se percibe es interno o externo. Las propias emociones se sienten centradas y en los órganos asociados a cada emoción. El lugar corporal en que se sienten hacen sentido. Pero a veces el sentir es en otras partes del cuerpo que no es lógico, como por ejemplo sentir angustia en la espalda, cuando normalmente se siente en el pecho.Igual de importante es la práctica de la meditación calma, ojala en silencio, el mindfulness, la presencia plena, donde las emociones, pensamientos y sentires toman su justo espacio dando el lugar principal a nuestro verdadero ser. No negamos nuestros pensamientos o sentimientos, tan solo los observamos como aquello pasajero que realmente es. Con ello el ruido tanto interno como externo empezará a bajar su intensidad.
Así también podemos ayudarnos con la terapia floral:
- Heather (Bach): para calmar el ruido interno
- Aspen (Bach): para no estar a la merced de nuestras percepciones
- Centaury (Bach): para poner un límite al nivel de las percepciones y sentires tanto internos como externos
- Chestnut Bud (Bach): para aprender a auto observarnos
- White Chestnut (Bach): para calmar los pensamientos que nos atormentan
- Mountain Pennyroyal (California): protegernos de los pensamientos negativos de los demás
- Queen Anne's Lace (California): ver con los ojos del alma lo inherente a la materia
Y hay muchas esencias más que pueden ayudar según las características de cada persona. Es un camino de aprendizaje en que la base es encontrar la calma, la auto observación y chequear lo que es real, para que las falsas percepciones no nos engañen.
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¿Acaso hay algo malo en ser o sentirte vulnerable? ¿En conectarte profundamente con tu sentir? ¿Es tan importante ser siempre fuerte? Somos personas completas y en ello la vulnerabilidad y la fortaleza van de la mano. ¿Cómo podrías apoyar a otros si te niegas tus propios momentos de vulnerabilidad? Hasta el cielo alterna en el día y la noche y días de lluvia y días de sol. Reconocer nuestra propia naturaleza profundamente humana es lo que nos devuelve a la armonía.
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