Basado en las enseñanzas de Thich Nhat Hanh
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- Escrito por: Carmen Stange
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A veces el cuerpo todavía no se da por enterado de aquello que la mente ya entendió. Por eso escúchalo y háblale con cariño hasta que pueda lograr la nueva conciencia que la mente ya realizó.
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Te veo, por cada vez que te sentiste sola, incomprendida, enojada, frustrada, triste, olvidada, traicionada. Te veo, por casa vez que te equivocaste, diste un paso en falso o no supiste que hacer. Te veo, por cada vez que perdiste el control, el rumbo o hasta el sentido de vida. Te veo, sin importar si pasó hace 10 minutos o hace 10 años. Te veo consiente, compasiva, presente y sin juicio. Te veo.
Te escucho, por todo lo que quisiste decir y no pudiste. Te escucho por todas las veces que te callaron o no encontraste las palabras. Te escucho, aunque no sepas que decir, ya que tu mirada y tu presencia están llenos de significado. Te escucho.
Te siento, esas emociones atrapadas, negadas, escondidas, invalidadas. Te siento, aunque no sepas qué es lo que estás sintiendo. Te siento, hasta que esas emociones se puedan expresar y encuentres liberación y paz. Te siento.
Y esto me lo repito cada vez que algo me saque de la armonía y el bienestar.
Te veo y respiro consiente.
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Un hombre una vez tuvo que dejar su hogar por un largo período. Antes de irse su mujer se embarazó, pero el no sabía. Cuando volvió su mujer había dado a luz un hijo. Sospechaba que el pequeño niño no era de él y creía que era el hijo del vecino que solía venir y trabajar para la familia. Miraba al pequeño niño con sospecha. Lo odiaba. Veía el rostro del vecino en la cara del pequeño niño. Entonces, un día llegó de visita el hermano de este hombre por primera vez. Cuando vio al niño le dijo al padre: "Es igual a ti. Es tu exacto duplicado." La visita del hermano fue un evento feliz, porque ayudó al padre soltar esas percepciones erróneas. Pero la percepción errónea había controlado su vida por doce años. Hizo que este hombre sufriera profundamente. Hizo a su esposa sufrir profundamente y, por supuesto, el niño sufrió por ese odio.
Actuamos sobre la base de percepciones erróneas todo el tiempo. No deberíamos estar seguros de cualquier percepción de tengamos. Cuando miras un bello atardecer, puedes estar muy seguro que lo que estás viendo es el sol tal como es en ese momento, pero los científicos te dirán que la imagen del sol que ves es la imagen de hacer ocho minutos. La luz del sol toma ocho minutos para alcanzar la tierra de una distancia tan larga. También, cuando ves una estrella, piensas que la estrella está ahí, pero la estrella podría ya haber desaparecido hace uno, dos o diez miles de años atrás.
Debemos ser muy cuidadosos con nuestras percepciones, de otra manera vamos a sufrir. Es muy útil escribir en un pedazo de papel, “¿Estás seguro?” y colgarlo en tu pieza. En clínicas y hospitales están empezando a colgar este tipo de carteles: “Incluso si estás seguro, revisa de nuevo.” Es una advertencia de que si la enfermedad no se detecta a tiempo, será difícil de sanar. Los doctores no están pensando en términos de formaciones mentales. Están pensando en términos de enfermedades ocultas. Pero también podemos hacer uso del eslogan “Aunque estés seguro, revisa de nuevo.” Nos hemos hecho sufrir, hemos hecho un infierno para nosotros y nuestros seres amados por nuestras percepciones. ¿Estás seguro de tu percepción?
Hay persones que sufren de una percepción errónea por diez o veinte años. Están seguros de que la otra persona les ha traicionado o les odia, aunque la otra persona haya traicionado solo las buenas intenciones. Una persona que es víctima de una percepción errónea se provoca sufrimiento a sí mismo y a las personas a su alrededor.
Cuando estás enojado y sufres, por favor vuelve atrás e inspecciona profundamente el contenido, la naturaleza de tus percepciones. Si eres capaz de remover las percepciones erróneas, la paz y la alegría se restaurarán en ti, y serás capaz de amar a la otra persona de nuevo.
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