No pierdas tu centro. No importa cuánta pasión vivas en el momento, no pierdas tu centro. No importa cuánto miedo te paralice, no pierdas tu centro. Ánclate fuerte en la tierra y se tu propio eje, no salgas de ti, no pongas tu vida fuera, que tu futuro no dependa de algo o alguien fuera de ti. Puedes confiar, puedes apoyarte, puedes ser parte de un grupo, de una familia, pero nunca pierdas tu centro. Reconócete como un ser único y brilla con tu propia luz. Nadie puede tomar tu lugar ni te corresponde llenar el lugar de alguien más. Siempre vive desde tu centro, desde tu propia vida, tu propia existencia. Y así cada cual podrá ocupar su propio lugar.