En la vida pasamos muchas experiencias, buenas y malas, alegres y dolorosas. Vamos viviendo y resolviendo la vida según los recursos que tenemos y la contención de nuestro entorno. Y así hay heridas que van quedando sin resolución en el baúl de los recuerdos y cuando menos lo esperamos vuelven a salir a recordarnos que aún están ahí. Podemos quedarnos en el dolor o podemos descubrir un tesoro oculto.

Cada momento, cada experiencia vivida nos ha enseñado algo, nos ha hecho crecer, madurar, hacernos más fuertes. Y de cada herida podemos quedarnos en el dolor o encontrar su sentido más profundo, la lección a aprender, como podemos empoderarnos y transformar nuestro presente. Siempre es importante recordar que lo logramos, estamos acá hoy, salimos adelante por lo que vivimos o a pesar de lo que vivimos, pero lo que importa es que hemos salido adelante. Si honramos lo que logramos en vez de quedarnos en las dificultades del camino podremos ver que nada nos puede parar.