Hay momentos en que mi sombra se abalanza sobre mí con fuertes emociones, duros argumentos y una peso que casi no deja respirar. Pareciera inundarlo todo y quisiera rechazarla, alejarla y hasta negarla. Pero la clave está en reconocer que también es parte de mí, que tras esas fuertes emociones hay dolor, que tras esos duros argumentos hay heridas sin sanar. La miro con amor y le digo: te veo, eres parte de mí. Te abrazo para contenerte y darte consuelo. Te doy un espacio seguro para sanar y volver a encontrar la paz.  Estoy acá para tí.