Cuando sentimos una emoción incómoda tratamos de reprimirla o explicarla para que se vaya. Buscamos su causa, su origen, que hacer con ella, distraernos o adormecernos para que termine. Pero todo ello sólo logra que se haga más difícil. El primer paso para poder liberarnos de una emoción que nos incomoda es aceptarla y sentirla. Después de ello podremos encontrar liberación, paz y sentido. Con las emociones más intensas tomará más tiempo y habrá que hacerlo de a poco, pero también se puede.