Mira el bosque, mira los árboles. Se sostiene cada uno erguido sobre sí mismo, seguro de su fortaleza, sobre sus raíces que han ido creciendo en la medida que se eleva al cielo. Pero a través de las raíces se apoyan unos con otros entregando sus aprendizajes y sabiduría, de cómo sobrevivir a las condiciones climáticas, cómo combatir las plagas o cómo fue ese gran incendio. No importa si un árbol ha caído o ha sido cortado, mientras sigan vivas sus raíces, compartirá con los demás y todos recibirán su sabiduría por igual, así cómo él aprenderá de los demás. Las raíces son todo ello que hemos aprendido y no se ve a simple vista. No importa si el conocimiento es de experiencia propia, heredado o aprendido. Nosotros decidimos qué raíces nos nutren, nos sostienen y nos ayudan a crecer y cuáles lo impiden. Siempre podemos escoger para seguir creciendo y estar firmes.