Nos han dicho que para tener derechos debemos parecernos más a los hombres. Pero que debemos ser bellas y delicadas para enamorar a los hombres. Que no debemos expresar mucho nuestras emociones para no incomodar. Que cuando nos convertimos en madres nos convertimos realmente en mujeres. Pero la verdad es que no debes hacer nada para ser mujer. Sé libre, sé auténtica, sé tú misma. Ámate profundamente así como eres y sigue tu propia luz.