De papá tomamos la seguridad, la fuerza de pararnos erguidos ante la vida, de perseguir el éxito, de perseguir nuestros sueños, de mostrar nuestros talentos y atrevernos a volar con nuestras propias alas. Al volvernos adultos agradecemos lo que pudo hacer por nosotros y nos empezamos a conectar con el arquetipo paterno universal, con la imagen del padre sol que puede brillar incansable sobre nuestras cabezas. Papá ya hizo su trabajo, ahora la responsabilidad es nuestra y también lo haremos tan bien como podamos.