Está bien sentir el dolor y la tristeza cuando aparecen, pero no te quedes a habitarlos. Visítalos un momento y luego vuelve a tu hogar en amor y armonía. El dolor y la tristeza se irán desvaneciendo, mientras tu verdadera esencia permanecerá pacientemente esperándote con una sonrisa. Sentimos el dolor para volver a la paz, pero el propósito es siempre volver a la paz.