Las esencias florales abren procesos de toma de conciencia de espacios que muchas veces pueden ser incómodos, pero que es necesario ver para poder cambiar, madurar, entender por qué me pasa lo que me pasa. Al desconocer estos procesos el paciente puede fácilmente creer que las flores le hicieron mal o desarrollar resistencia a tomarlas. Las flores me hicieron llorar, me sentí más cansado, me dolía el cuerpo, andaba más irritable, me enojaba más o andaba más lento. Las flores no causan molestia o malestar, sólo muestran lo que ya estaba ahí y dependiendo de lo agudo del caso hay que ajustar la frecuencia de la toma. En otros casos, en pacientes más resistentes, necesitan tomar hasta 4 o 5 meses para que se pueda notar un efecto. No es que las flores no le hagan nada. O el paciente que toma flores esporádicamente, que no logra un cambio duradero, porque en un frasco puede haber alivio, pero la toma de conciencia es mínima. Similar es quién en cada sesión quiere trabajar un tema distinto. Es entonces el rol del terapeuta poder guiar y educar al paciente, ayudarle a verse a sí mismo y acompañarle en su proceso de sanación.