Normalmente se ve como Heather a la persona necesitada de conversar mucho con cualquiera, para escapar de la soledad. Pero la falta de amor, el sentimiento de abandono muchas veces no se reconoce tan fácilmente y se manifiesta en pequeños detalles cotidianos. No hay que calificar esta falta de amor como una debilidad o algo malos, sino el hecho de que todos pasamos por momentos difíciles y nuestros padres pueden haber sido los mejores del mundo, pero siempre hay circunstancias de la vida en que un niño se puede sentir solo o desamparado y no siempre esas heridas sanan completamente.

Es bueno entonces el poder reconocer cuando nos está faltando es encontrar el amor dentro de nosotros mismos.

- Al dormir te gusta abrazar un pedazo de tu frazada, tu almohada o un osito de peluche. O te gustaría abrazar a tu pareja toda la noche como expresión de amor.

- La necesidad de ver televisión, leer u otras actividades antes de dormir y desmayarse después sobre la almohada, quedándose pegado a veces hasta la madrugada y quedándose dormido con la TV prendida o con el libro o celular "sobre la cara".

- Sientes un impulso irresistible de acariciar todos los animalitos que te encuentras en la calle y si alguno  te devuelve el afecto se convierte en el mejor momento del día.

- Sientes la profunda necesidad de rescatar animalitos, porque su soledad te produce angustia.

- Al estar sola en casa prendes la radio o la tv para que te haga compañía.

- De vez en cuando te encuentras pensando a quien podría llamar para conversar.

- Necesitas revisar Facebook o Twitter para sentirte conectada a familia y amigos.

- Adicción a jueguitos como Candy Crush o Farmville para llenar los espacios de tiempo vacío.

- El llanto de un bebé en la calle genera una profunda angustia en el pecho y la necesidad de ir a tomarlo en brazos.

- La vivencia de la soledad como un vacío interior.

- Trabajar en exceso o mantenerse ocupado el 200% del tiempo para distraerse del hecho que se está sólo.

- La búsqueda de tener un bebé para que nos llene la vida.

- Gran fascinación por estrellas de cine o de la música y nos llenamos de cosas de ellos, vemos todas las películas o vamos a todos los conciertos y hablar de ellos cada vez que sea posible.

- En conversaciones compartir información personal sin querer y que después usen esa información en nuestra contra. Si nos preguntan algo es difícil poner el filtro de que es conveniente o adecuado contar. 

- No se le ocurre mentir u omitir parte de la verdad, aunque la situación lo requiera. O bien lo opuesto, tiene la mentira a flor de piel, lo que sea para lograr la atención del otro.

- La urgente necesidad de un apapacho.

- Pasar de una pareja a otra estando nunca a penas sola.

- No poder salir a pasear, a comer o al cine sola.

- Un antojo gigante a las golosinas que comíamos cuando chicos, los postres o comidas que nos hacía mamá o cualquier cosa dulce.

- No poder hacer una síntesis de los contenidos de un relato, una historia, un trabajo, un mail, entregando siempre más información de la necesaria.

- Comer compulsivamente tratando de llenar algo.

- Cuando al escuchar los relatos de otros siempre recuerda una situación propia.