La escucha activa es la capacidad de ponernos en nuestro centro y escuchar al otro completamente, sus palabras, sus gestos, los tonos de voz, el lenguaje corporal, sus actitudes, sus emociones, todo, sin juicio o expectativa, abiertos a lo que venga de manera receptiva y con aceptación.
Esto mismo lo podemos lograr con nosotros mismos a través de la meditación. Al apagar el ruido mental permitimos que surja todo aquello que quedó enterrado bajo nuestras actividades y pensamientos diarios. Podemos permitir que surja sin miedo, sin juicio, sin culpa, acoger nuestras propias emociones, dejar que salgan y soltarlas. Detenernos un momento y permitirnos ver lo que hay dentro de nosotros mismos puede ser una de las mayores actividades de auto cuidado y sanación que puedes hacer.