Esta época nos pide mirarnos a nosotros mismos, a meditar, a hacer introspección, revisar quién soy, quién quiero ser, que he hecho con mi vida y que he hecho por la humanidad. Que aunque nos podamos sentir solos, en realidad estamos todos unidos y lo que cada uno hace afecta a los demás. Ya no nos podemos evadir y se hace necesario trabajar en ser una mejor versión de nosotros mismos. No imitando a los demás, sino dando lo mejor que podemos dar en nuestra propia manera. No reaccionando desde el dolor, sino desde el amor y la compasión. No rechazando e ignorando lo que no nos gusta, sino incluyendo y reconociendo que también soy parte de ese todo. No adormeciendo el dolor, sino sanándolo con dulzura y suavidad.