Es tan importante el aprendizaje que se logra en compañía, cómo aquel que se logra en soledad. No puede haber el uno sin el otro. En silencio descubro lo que hay en mi interior, mi voz interna, mi propio camino. Con otros aprendo que todos pueden ser tanto mis maestros, así como mis espejos. Es el yin y el yang, el ir y venir, el mirar y mirarme, el día y la noche. Son los ciclos naturales de la vida, que si los ignoramos nos perdemos.