En la vida frecuentemente hay situaciones que no elaboramos, seguimos adelante, nos movemos a un nuevo espacio, resolvemos lo práctico, enterrando los sentimientos. Pero esos sentimientos no desaparecen, quedan esperando a encontrar un momento de calma para salir a flote. Y por eso es que cuando mejor estamos salen sentimientos que ya ni recordamos de donde vienen. Y no es necesario recordarlo, sino simplemente dejar que fluyan, que salgan y traigan la transformación que había quedado pendiente. Pero si se vuelven a reprimir una y otra vez surge la depresión y otras enfermedades. Hay un espacio y un momento para todo, incluso cuando no parece que no es así. Nuestra salud mental y emocional es igual de importante que la física, no la descuidemos.