Las mentiras que creamos son tan poderosas como lo verdadero que creamos. Mientras lo verdadero nos expande a nosotros y nuestro entorno, las mentiras nos llevan al dolor y la separación. Y es que lo verdadero nace de nuestro verdadero ser y el alma, y las mentiras nacen del ego. Y es por eso que siempre debemos preguntarnos quién está siendo nuestro consejero día a día.