El esperar dar y recibir nada menos que todo el amor, infinito amor, eterno amor, de aquí hasta la luna, etc., todo eso genera una especie de gula y muy altas expectativas en los vínculos. Si el otro no está 1000% disponible es que no me ama. Si yo no puedo estar 100% disponible me siento culpable. Y esta creencia pone un gran peso en las relaciones y las hace más difíciles. Y es que está bien dar lo justo que puedo dar, ni más, ni menos. Y recibir del otro lo justo que puedo recibir, ni más, ni menos. Si recibo más me siento incómoda y en deuda, si recibo menos me siento insatisfecha. Si doy más me agoto y le paso la cuenta, si doy menos siento que no vale la pena. Y desde ahí en el vínculo es importante encontrar la sincronía entre lo que es lo justo para mí y que es lo justo para ti. No exigirme dar más de lo que puedo dar, ni poner en ti el peso de dar más de lo que tienes para dar. Y en este espacio el amor y el respeto pueden florecer.