¿Porqué le damos más importancia a una crítica negativa qué a 20 cumplidos? Es porque hemos aprendido a fijarnos en lo negativo en vez de lo positivo. Una corrección no es destrucción, sino que un ajuste. Si escribí 1000 palabras y hay 1 falta de ortografía, no significa que el texto esté malo. Si hice un baile y me equivoqué en un paso no significa que bailo mal. Si canté una canción y desafiné, solo significa que me falta practicar más. Si nadie me dice dónde me equivoqué y yo no lo veo, ¿cómo podría mejorar? Y en eso las mentiras piadosas pueden ser más destructivas que la verdad. Si tengo algo pegado en un diente prefiero que me avisen para limpiarlo. Pero en una sociedad en que prima la vergüenza y el cuchicheo se hace difícil. Por eso es importante aprender a reírme de mis errores, porque desde ahí le quito el poder al miedo de equivocarme. Si me evalúan y saco una mala nota, entonces sabré en qué me falta estudiar más y me podré preparar mejor. Es una derrota sólo si yo permito que lo sea. Seguiré dando lo mejor de mí, y aunque las críticas a veces puedan doler, son una oportunidad para seguir aprendiendo a expresar lo mejor de mí.