Ocupo mi verdadero lugar con presencia y seguridad. No necesito pedirle permiso o perdón a nadie por ser quien soy. Tan sólo me equivoco si trato de ser alguien o algo que no soy. Todos tenemos nuestro lugar en esta vida siendo el yo original, no una copia, siendo nuestra verdadera esencia y no lo que creemos lo que los demás quieren. Tomo mi lugar por propio derecho y lo lleno desde el alma dejando las opiniones del ego atrás. Tomo mi lugar y permito que mi propia luz ilumine mi interior.