Todas las noches vuelvo a mí. Recojo los pensamientos que dejé repartidos en distintos momentos, lugares o personas. Recojo los pedacitos de mi energía que dejé esparcidos por el mundo. Acaricio mi cuerpo y mi aura con ternura y vuelvo a armarme para volver a la unidad. Vuelvo a mí para descansar verdaderamente y así sanar.