El pesar viene del peso que queda sobre el corazón después de haber vivido una experiencia difícil, conteniendo las emociones que ésta produjo. Al ignorar ese peso se convierte en una carga, un lastre que se va arrastrando durante la vida. Pero si se da espacio a expresar esas emociones, aunque sea muy de a poco, ese peso va disminuyendo. A veces ya ni recordamos de donde viene ese peso, pero aún así se pueden dejar fluir esas emociones para luego soltarlas y dar espacio a nuevas experiencias.