La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel de origen auto inmune que produce lesiones escamosas, que si bien no es contagiosa, si puede ser hereditaria. En la medicina tradicional no tiene cura, sino más bien solo tratamiento para aliviar sus síntomas.
A nivel físico se cuida humectando con cremas neutras con cualidades anti inflamatorias. También la exposición al sol en moderación es positivo para el estado de las partes afectadas de la piel.
A nivel emocional se trabajan emociones de culpa, indefensión, vergüenza y también de rabia. Se trabajan en auto observación, así como en terapia. Por lo general hay heridas emocionales profundas que procesar.
A nivel mental el stress impacta negativamente en el estado de la piel para esta afección. Suelen sobre pensar mucho las cosas al nivel de llegar a pensamientos torturantes.
A nivel espiritual tiene un trasfondo más profundo que puede venir tanto heredado de la failia como experiencias traumáticas de vidas pasadas. Usualmente está asociado a situaciones extremas cómo el haber sufrido lepra, quemaduras muy graves, amputaciones o cualquier accidente o situación que haya hecho perder una parte del cuerpo. En quien sufre de la psoriasis esta herencia de vidas pasadas o de un ante pasado se manifiesta como pedazos del auro que se desprenden sin causa aparente, una y otra vez, dejando el cuerpo físico expuesto y desprotegido. Desde ahí para poder curarlo o al menos aliviarlo el proceso es hacer las paces con el pasado, honrarlo y liberarlo. Y desde ahí reeducar el campo áurico para que se mantenga íntegro y que vaya sanando. En esto las técnicas de sanación energética son particularmente útiles, el Reiki, la terapia floral, ancestrología, etc. No hace falta recordar el evento traumático específico pero sí aceptar que hubo una experiencia de sufrimiento que no es propia de la encarnación actual, honrarla y liberarla para empezar una nueva vida. Pueden manifestarse muchas emociones en este proseso, lo importante es dejar que fluyan y no retenerlas.