Cuantos de mis pensamientos son míos y cuántos de ellos vienen de algo que escuché, que leí, que vi, consciente o inconscientemente. Observarlos me permite reconocerlos  y separar las malezas de las flores, los frutales de las plantas invasoras. Observarlos me permite elegir qué pensamientos deseo mantener y cuáles soltar para ser coherente con mi verdadero ser.