Es válido poder decir, no estoy bien, pero no quiero hablar de ello. Hay momentos para hablar y momentos para callar y los verdaderos amigos lo entienden. Incluso el terapeuta sabe respetar los tiempos de su paciente y acompañar en el proceso para cuando la persona esté lista para hablar. Y la afirmación que se necesita en este momento es, estoy acá para tí.