Yin y yang, lo que conozco de mi y lo que desconozco, lo consciente y lo inconsciente, lo que veo y lo que no veo. El pequeño punto blanco son las pequeñas cosas que descubro y tomo consciencia. El punto negro son las cosas cotidianas que reprimo o no quiero ver. Es un baile sin cesar que vivimos cada día, veo y escondo, tomo consciencia y reniego. Así seguirá mientras viva en la dualidad, hasta que me abra a aceptarme como soy, completamente, incluyendo aceptar que hay partes de mi que no conozco, aceptar esas partes de mí que no me gustan, aceptarme como soy y dejar de luchar contra mi misma. Respirar profundo y decir, esta soy yo, sin peros ni juicios. Esta soy yo, perfecta para la experiencia de vida que me toca vivir ahora.