Hay una soledad que te desconecta con todo, incluso aquellos que están a tu lado. Hay otra soledad que en la distancia te conecta con el universo en plenitud. Y a diario caminamos entre ambas. Estar conectados es finalmente una elección, pero las heridas, los miedos, las experiencias pasadas y herencias a veces nos lo impiden. Aprende a descubrir ahí donde sientes esa conexión que te sana antes de terminar desconectado del mundo. La conexión más importante está con tu propio corazón y desde ahí llegarás al mundo.