Una parte importante y más larga del duelo es redifinir tu realidad sin ese ser amado. Quien soy yo ahora, como cambia mi entorno, mis rutinas, mis otros vínculos. Como sigue adelante la vida sin esa persona. Poder conectarse con la vida sin culpa, sin miedo, sin quedarse en el pasado. Realizar que vivir la vida plenamente es la mejor manera de honrar a quien ya no está.