Cuando sentimos dolor, nos sentimos pequeños y el dolor gigante, por eso el dolor nos inunda y nos ahoga como un barco en una tormenta. Pero el barco es sólo tu conciencia de ese momento. Recuerda que eres el océano lleno de vida y que el momento pasará, y si bien puede manchar un momento, tan solo es un pequeño espacio de tu existencia.