La lucha por la igualdad empieza por ver al otro como un igual, no como a un distinto que hay que castigar o excluir. Cuando podamos verlo como a un igual que piensa distinto de nosotros con el cual tan solo tenemos que hacer respetar nuestros derechos, recién ahí empieza la verdadera inclusión. La igualdad es el respeto de las diferencias sin atropellar ni dejarse atropellar.