Chismosas, cahuineras, peladoras, alcahuetas, entrometidas, criticonas, cámaras de vigilancia, noticiero local y muchas otras formas son con las que se nombran a personas que hablan de otros casi como por deporte. En sesión se les identificará en una fuerte tendencia a hablar mal de otros, evitando hablar de sí mismos, salvo para victimizarse. Estas son las flores de Bach con que podemos ayudar en estos casos:
  • Heather: habla sin filtro, lo cuenta todo,  sanguchito de palta, la cosa es hablar, no importa si le contaron algo en confidencialidad o si es verdad o no. 
  • Chicory: necesita meter la nariz en la vida de todos supuestamente para su mayor bien y se queja de quienes no le siguen el juego. Usa también el chisme para enemistar a los otros entre ellos para su propio beneficio. 
  • Beech: la vieja criticona que le encuentra el defecto a todo:  tiene un botón descosido, su ropa está desgastada, se viste pasada de moda o de mal gusto, etc.
  • Crab Apple: parecido a Beech, pero más desde lo asquiento, como que olía mal, su ropa se veía sucia, tenía el pelo graso, etc.
  • Willow: la lengua venenosa o bífida que reparte su amargura con todos.
  • Cerato: la que se cree todo lo que le cuentan y lo reparte ingenuamente por todos lados.
  • Agrimony: se entretiene hablando de los demás, porque así esquivan hablar de sí mismos .
  • Rock Water: critica los comportamientos que le parecen inadecuados en los demás desde una supuesta autoridad moral.
  • Honeysuckle: cuando siempre comparan con cómo eran las cosas antes,  antes todo era mejor, antes no pasaba esto.
  • Chestnut Bud: aporta la capacidad de auto observarse y darse cuenta de cuando pasan de contar cosas de manera anecdótica a una conversación tóxica que puede ser dañina o hiriente para las personas de las que se está hablando.