En un lugar tranquilo y cómodo respira tranquilamente y relaja tu cuerpo. Piensa en todo el amor que tienes para dar a tus seres más queridos y deja que se concentre en una semilla frente a tu corazón. Protege esta semilla con tus manos mientras se va formando. Deja que todo ese amor se vaya concentrando poco a poco mientras respiras suavemente. Podrás sentir como ese amor infinito que tienes para dar va llenando esa semilla que brilla cada vez más fuerte. Date el tiempo que necesites para que la semilla sea grande y fuerte.

Luego la llevas suavemente hacia tu corazón y dejas que entre en él así como que estuvieras sembrando una semilla en la tierra. Luego mantén las manos sobre tu corazón. Respira suavemente y permítete sentir como esta semilla de amor va echando raíces sanadoras. Como ese amor que tienes para dar también te nutre y te sana. Como de esta semilla sale una hermosa planta con tallo, hojas y flores. Hasta se puede convertir en un gran árbol que da un fruto lleno de amor que te da fortaleza y propósito.

Y desde esta semilla de amor ahora puedes dar amor que llena tu corazón, un amor desinteresado que viene de plenitud. Un amor que primero te llena y luego rebalsa.

Permítete disfrutar este sentir de amor por un par de minutos mientras respiras tranquilamente.

Finalmente da las gracias y sopla tus manos.