Uno de los grandes riesgos del camino interior es poner a alguien en un pilar y endiosarlo. Aunque alguien llegue a ser una eminencia en un tema, todos nos podemos equivocar. Este tipo de pensamiento hace que le entreguemos nuestro poder personal. Nos expone a que dejamos de hacernos responsables de nuestras vidas, de lo que sabemos y hasta caer en que se aprovechen de nosotros. Es importante tener un maestro o un guía, pero más importante es estudiar, aprender a cuestionar y pasar todo por nuestro corazón.
Así también la persona que es endiosada corre el riesgo de que su ego se desequilibre, siente la presión de que no se puede equivocar y tiene que saberlo todo y puede caer fácilmente en la tentación de inventar o mentir. Se necesita mucha humildad y una fuerte moral para no caer en ello.
La lección es ver a cada ser como otro ser humano en su propio camino, más allá de sus credenciales. Esto promueve los encuentros humanos verdaderos.