Detrás de las crisis de pánico generalmente hay un cúmulo de emociones reprimidas como una olla a presión que va liberando el vapor de manera violenta. Por ejemplo un duelo no vivido o una experiencia profundamente traumática las cuales no se hablaron, ni hubo el espacio, ni la contención para experimentarlos. Se entró en modo sobrevivencia haciéndose cargo de los demás o concentrándose completamente en el trabajo o estudio para evadir esa experiencia dolorosa. Especialmente cuando se acerca la fecha en que ocurrió el evento la psique se empieza a agrietar para liberar el exceso de presión emocional y mental causada por los pensamientos y emociones reprimidos como aviso de que se hace urgente atender esa herida antes de que gangrene.