Es tan común decir al hacer gastos: No importa, para eso tengo mi tarjeta de crédito. Decirlo inconscientemente equivale a decir: No importa, para eso tengo a papá o mamá.
Queda inconscientemente el deseo de que alguien más se haga cargo de esas cuentas.
Desde lo ancestrológico no hay permiso para madurar, para hacerse cargo. Un arquetipo de Peter Pan glorificado donde el adulto es el villano. Pero recordemos que Wendy volvió al hogar y creció.
Quedarse en el mundo de nunca jamás lleva a nunca salir completamente de las deudas.