Hay emociones que son un susurro y hay emociones que son un estruendo. Hay emociones que son una caricia y hay emociones que son un golpe. En un mundo donde la mayoría son sordos a las emociones, los empáticos necesitan aprender a vivir en un constante ruido emocional. ¿Como explicarle a alguien que nunca ha escuchado sus emociones que no te golpee con su ira? ¿Cómo explicar que la envidia duele o el desprecio ahoga? ¿Cómo explicar que puede mantener sus emociones en privado en vez de gritarlas dañando a todos quienes le rodean? Hay un mundo invisible y silencioso que muchos no saben que existe, pero es ruido y caos para quienes si lo pueden percibir. ¿Has pensado alguna vez qué haces con tus emociones y cómo pueden afectar a quienes te rodean? La madurez y auto contención emocional no es sólo para vivir más tranquilos, sino también para que aquellos que son más sensibles puedan interactuar sin el deseo de arrancarse y no volver nunca más.