Los eclipses desde siempre han sido un fenómeno que llama mucho la atención a la humanidad. A nivel del inconsiciente nos lleva a conectarnos con lo oculto, lo reprimido, los miedos, lo instintivo. El eclipse en sí no causa nada, solo gatilla en nosotros que salga aquello que no queremos ver, lo que ha estado en nuestra sombra.
El eclipse solar del día 30 la luna se cruzará delante del sol y nos hablará de las emociones que no nos permiten expresar nuestro verdadero ser. En este caso el eclipe será alrededor del grado 10 de Tauro y afectará mayormente a quienes tengan planetas entre los grados 5 y 15 de Tauro.
Tauro tiene la costumbre de tomar sus emociones, lo que le molesta, los vínculos complicados y esas cosas y las mete a un cofre, le pone llave, le pones cadenas y candado, cava un hoyo de 10 metros de profundidad y lo entierra para que no salga nunca más. Tauro se traga las emociones amargas (especialmente con un pastelito o algo dulce) y evita a todo costo sentir lo que le molesta o incomoda.
Con el eclipse viene cualquiera y desentierra ese cofre abriendo la cada de pandora y Tauro explota en furia (se va a su opuesto, Escorpio) y vomita todo lo que se había obligado a tragar. Pero la culpa no es del otro, el otro no tiene ninguna obligación de andar adivinando lo que a Tauro no le gusta o no le parece.
Pero eso no es todo, a este Eclipse se nos junta Urano, que siente que tiene la razón en todo y debe convencer a los demás con completa intransigencia, causando una explosión que saca todos los trapitos sucios que nadie quería ver (para bien o para mal, porque hay cosas que no atañen al otro tampoco). Y este sincericidio puede causar estragos que no serán visibles hasta pasado el eclipse cuando vuelva a haber luz. Y el encargado de cobrar por los platos rotos es Saturno que está en cuadratura (tensión) de este evento. Así como en la mitología, Saturno sacará su hoz y cortará la virilidad (certeza) de su padre Urano para vengar a su madre, Gaia.
Para prevenir es recomendable la escritura libre desde antes del evento, para sacar todo lo que está atascado. El papel lo aguanta todo y no se daña a nadie.
Salir a la naturaleza y abrazar árboles que ayuda a Tauro a volver a su centro.
Considerar que el otro también estará con temas atascados a punto de explotar.
Un masaje descontracturante para aliviar esas emociones alojadas en los nudos de los músculos.
Meditar durante el eclipse (puede también ser meditación en movimiento, a través del arte o en contacto con la naturaleza).
Aceptar nuestras emociones aunque sean incómodas, darnos permiso de sentirlas, pero no identificarnos con ellas.
Esperar a estar calmados después de este evento para conversar las cosas con la cabeza fría y con claridad. Después viene Mercurio en Géminis, que noes ayudará a expresar claramente las ideas.
Algunos síntomas, presión en el pecho, angustia, molestias de garganta, problemas estomacales.