Una de las consecuencias más duras del gaslighting es perder la certeza y dudar de tu propia mente. ¿Es lo que dije? ¿Leí bien? ¿Era a esa hora? ¿Me equivoqué de nuevo? ¿Y si me equivoqué me volverán a humillar? Y revisar una y otra vez las conversaciones, lo escrito, lo acordado. 
Ámate y recuerda que quien realmente te quiere no te humillará aunque te equivoques.